Como un cuento de hadas

Fue el verano del año pasado. Me encontraba yo en Puerto Vallarta, pasando unas vacaciones con la familia. Entonces encontré a unos holandeses simpatizantes del PSV (se sabía por que ambos portaban orgullosos la playera a franjas roja y blanca), que me vieron e inmediatamente me saludaron, yo sin saber porque recordé que llevaba una gorra de Holanda. Inmediatamente me dijeron que era un muy buen equipo ¡pues como no si eran holandeses!, y yo les respondí que el PSV también era muy bueno y empecé a decir maravillas de su nuevo fichaje: Carlos Salcido. En ese momento nadie (ni ellos, ni yo, ni nadie) imaginabamos que Salcido trascendería de tan grande manera.

Salcido nació, y vaya que aquí empieza a sonar como cuento de hadas, en medio de la pobreza. Nació en 1980 en Ocotlán. Cuando era pequeño se quedó huérfano de madre y después fue abandonado por sus hermanos que se fueron de ‘mojados’ a EU. Así, Salcido se quedó solo con su padre. Después intentó cruzar a EU pero lo deportaron tres veces. Al regresar a Guadalajara, Salcido trabajo de carpintero, en fabricas y hasta de albañil. Después se le presentó la gran oportunidad de entrar a las Chivas. Y ahora está en el PSV.

Uno puede ver por lo descrito anteriormente, que sinceramente Salcido estaba bien ‘jodido’. Pero por todo lo malo algo bueno viene (o al menos eso dicen), así es que se le presentó la oportunidad de entrar al Guadalajara y ahora al PSV. Además, ahora es el primer mexicano en ganar la Erdevise (la liga holandesa). Salcido es hoy por hoy, una pieza clave en el PSV y un referente de México en el extranjero (al igual que Márquez, Osorio y Pardo), pero esto que ha logrado ha sido en base al sacrificio y trabajo. Digamos que el éxito de Salcido, de cierta forma, apenas empieza. Hay que dejar ya aquel golazo que ni él se creía, el “tiene mejor mano que mi esposa” y el titulo que acaba de conseguir, por que lo que ahora se viene es la continuación de este sueño de Salcido y de su historia que es como un cuento de hadas.